HYROX BARCELONA 2025: Cómo es un fin de semana de competición entre la élite

Llegó uno de los fin de semana más esperados de la temporada de Hyrox, el Last Chance Qualifier, o lo que es lo mismo, la última oportunidad que tienen los atletas de Hyrox para clasificarse al mundial en la categoría Elite 15 que se disputará este junio en Chicago. Y si a todo esto le sumamos mi debut en Hyrox Pro Men, se nos queda un panorama de lujo.

Tras meses de entrenamiento, los últimos días estaban enfocados en mantener la intensidad y reducir el volumen, una fase de descarga para lograr las adaptaciones de los entrenamientos realizados. El asunto pintaba bien, hasta que a 3 días de la competición un virus atacó y me dejó prácticamente dos días encamado, poniendo en duda la posibilidad de participar en la carrera. Por suerte, para el viernes estaba más o menos recuperado y la carrera del sábado no parecía peligrar.

El viernes, día previo a la carrera, probamos un poco el motor con un trote de activación y una serie de aceleraciones para poner el corazón a funcionar. Todo parecía estar en su sitio (las pulsaciones por las nubes después del virus), pero no había que emocionarse, no vaya a ser que lo de hoy nos haga recaer del maldito virus…

EL DÍA D. RACE DAY. Trotecito de 15 minutos a la mañana y a hacer tiempo hasta las 19:20 (hora de salida). Mucho carbohidrato y algún que otro suplemento para ayudar al cuerpo a rendir al máximo, sabiendo las exigencias de una competición como Hyrox. Una horita antes de la salida comienza el calentamiento y la tensión se palpaba en el ambiente, unos 40 atletas (como mínimo) de élite mundial ocupaban la zona de calentamiento y se preparaban para salir a las 19:10, por lo cual, iba a poder compartir circuito con todos esos atletas que marcan el camino a seguir en este deporte.

Daban las 19:20 y tocaba ponerse el mono de trabajo. Correr mucho y rápido y controlar los tiempos en el ski (no hay que emocionarse que ahí aún estás fresco). Segunda carrera y todo bajo control… digamos que hasta que tocó empujar el trineo. El sled push costó de lo lindo y intenté realizarlo con cabeza, sin quemar las piernas, dos paraditas en cada recta y a volver a correr. El sled pull fue puro trabajo mental, tranquilidad y paciencia… No sé si es que los pesos pro cuesta moverlos una barbaridad (al parecer hasta los elite sufrieron con el pull ese día), pero se sangró y sudó para mover ese maldito trineo.

Carreras… burpees… y remo pasaron con un esfuerzo constante y «controlado» para no pinchar y ser capaz de mantener el ritmo en las carreras posteriores. Todo en orden y fluido, incluso fui capaz de hacer los Farmer Carry unbroken (no soltando los kettlebell) cosa que para mí fue un logro, aunque a partir de ahora ya no tengo excusa, no puedo soltarlos nunca! Y para comenzar la recta final de la competición las zancadas. Sorprendentemente mi mejor workout, me encontré bien y creo que la urgencia por quitarme los 30kgs de la espalda ayudó a que los hiciera bastante rápido 🙂

Y para terminar… los temidos wallballs, y sinceramente, ahora doy fe de por qué la gente los teme. ¡Qué locura! A partir de 30º repetición de 5 en 5 y rezando por terminar… vaya mareo! Hyrox lleva tu cuerpo al límite y yo puedo asegurarlo después de esos 6 minutos y 40 segundos que me llevó hacer las 100 repeticiones.

Al final… 1:10:06, aprendizajes y momentos que recordaré toda la vida, eso sí, todos sufriendo mucho. Este ha sido el comienzo de algo que va para largo, ahora toca entrenar todos los puntos débiles que he detectado y seguir mejorando mis puntos fuertes para darle caña la temporada que viene!

¿La clave de todo? Entrenamiento personalizado y adecuado para mejorar y disfrutar del proceso, que es lo bonito de todo esto, el día a día.

Scroll al inicio